viernes, 26 de agosto de 2016

LA LAGUNA DE LA LECHE, maravilla de lo desconocido.


Cuba, desde su mismo descubrimiento fue mundialmente conocida por lo excepcional y bello desus paisajes, exóticas flora, abundante y pintoresca fauna. Hoy, continuaremos hablando de los paisajes naturales  de esta maravillosa isla, especialmente de los menos conocidos, es decir de los que han permanecido a la sombra de otras tan emblemáticas como La Playa Azul de Varadero o Guanabo. En la actualidad, gracias al desarrollo del turismo comienzan a conocerse otras playas como Cayo Coco y Santa María, Ancón, Santa Lucia, etc. Muy poco conocidos aún son los lagos naturales, un verdadero potencial paisajístico, anidado en el remanso de los caudalosos ríos que surcan la perla del Caribe, rodeados de inimaginables parajes, una auténtica maravilla, rincones verdes de belleza extraordinaria y casi inexplorada


En esta ocasión hablaremos de  La Laguna de la Leche, un lago natural de agua dulce, el más extenso de Cuba, que se sitúa en Ciego de Avila, provincia del central. Otro rincón paradisíaco en medio naturaleza cubana, al arribar a este idílico lugar  uno se olvida del mundo exterior. El lago posee una superficie de 66 kilómetros cuadrados y capacidad de embalse de 130 millones de metros cúbicos; profundidad media de 1,45 metros, una cota de 0,5 metros sobre el nivel del mar y longitud diametral de ocho millas. Se llama Laguna de la Leche por las características litológicas de su fondo, compuesto por rocas calizas organógenas, margas, arena, turbas y otros sedimentos que le dan al agua el aspecto lechoso, cualidad por la cual se le denomina así.


En el mismo, a mediados del siglo XX se construyeron dos instalaciones turísticas: El Morón Yac Club con piscina para adultos y niños y la Atarraya, un restaurant-bar montado sobre pilotes dentro del agua y especializado en mariscos, siendo el plato estrella la paella. 






Deslumbrante por la limpieza y pulcritud del recinto, imponente sobre los pilotes en los que está montado, es una ventana al Océano Atlántico


Se han ido construyendo los típicos bares cubanos de construcción rusticas,  donde no puede faltar el pescado frito, el agua de coco,  las cervezas y los mojitos cubanos elaborados con rones deliciosos, como el Habana Club y el Varadero.
Leyenda popular: Cuenta esta que la Laguna de la Leche fue el hogar del El güije de los esteros. Los antiguos habitantes y marinos de la zona contaron a sus nietos que en el fondo del lago vivía un sorprendente animal medio mono, medio hombre que se comía a los marisco. De grandes y redondos ojos negros saltones, con enmarañada y larga cabellera, tenía las orejas puntiagudas, y causó el temor de todo el que por una razón u otra tenía que acercarse al lago, especialmente en las noches más oscuras.

A pesar de los cuentospopulares de animales y fantasmas en el lago, este siempre ha tenido tuvo una atracciónirresistible, en el mismo se han celebrado toda clase de celebraciones, semana santa, romerías y regatas de embarcaciones de velas. 
Carnavales acuáticos:
En la década de los 50, en los meses de julio y agosto comienzan a celebrarse estas fiestas populares que atraen una toda clase de visitantes, matizados por el colorido de las embarcaciones participantes, las que perfectamente engalanadas se mezclan con la belleza natural del lugar dando al carnaval una suerte de sensaciones y relax. Existe la competencia en este evento, se premia el colorido, estética, la música y las coreografías de cada barco que desfila, como si fuera en pasarela gigantes frente a una divertida multitud que recibe de los bailarines las serpentinas y sus bailes, La propia multitud y el jurado eligen la embarcación que más les ha impactado.



En fin, visitar la laguna deLa Leche es vivir una experiencia única, diferente y en muchas formas alucinantes. Te da la posibilidad de conocer el mango, la guayaba y el mamey y asegurarte por ti mismos porque las frutas tropicales son tan famosas. Encontrar rincones por explorar, disfrutar de un paisaje espectacular, descubrir algún que otro tesoro aborigen escondido en las profundidades del lago.  Lo cuento desde la propia experiencia de unturista.
 

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